Primero una fecha
lejana, desde el 28 de septiembre (la promesa con tres José de correr “la
Panadera”, se gestó tras la Nocturna del Guadalquivir). Quedaba mucho tiempo
entonces, muchas tiradas largas y probar muchos entrenamientos. Correr con
lastres, en los tobillos, en la cintura, correr sin lastre, pero al 80-90% de
mi Frecuencia Cardiaca máxima y hacer carrera continua durante hora y media.
Correr solo, por el parque, ¿Para hacer una carrera de cuestas? Quizás un poco
irresponsable, pero sin dejar de correr, cada semana más y un poco mejor. Estoy
muy animado y una semana antes mi amigo Juan Bellido me invita a correr por los
pinares de Oromana, para reconocer el terreno. Hicimos 8.8 km , se subidas y bajadas
y algún llano pedregoso, al terminar estábamos muy bien a pesar de la intensa
lluvia que nos acompañó a ratos, así que hicimos un Km. más, una propina de
cuestas.
Hoy temprano mi
objetivo era desayunar bien, como estas últimas semanas. Cada comida con todos
los nutrientes: hidratos (tostadas y cereales), proteínas (leche y pollo
relleno), verduras y frutas (tomate, pasas en los cereales y dos mandarinas) y
el café, ”pa” despertarme.
Todo eso me obliga a ir
al baño, algo fundamental, para ir ligero, pero alimentado.
Corriendo a por Pepe. ¡Menos
mal que hay poco tráfico el domingo!
Ya en Alcalá se empieza
a ver ambiente de carrera. A los primeros conocidos que nos encontramos son
Almudena Coca y su marido “el Choco-bike”. Vamos a por los dorsales mientras
aparecen los otros dos José y familia. Me encuentro con Javi Marín del
instituto, un tío al que tengo mucho cariño y me alegra ver que compartimos
esta afición.
Con los dorsales en la
camiseta enfilamos hacia el club de tenis para calentar un poco. Habíamos
llegado con tiempo de sobra y es la hora casi. ¿Una vuelta de unos 200m, sin
estirar ni nada, para una carrera de 15km? Es lo que hay.
Al arco de salida, doy
inicio al Cardiotrainer del móvil y espero la señal, el corazón se me va a
salir del pecho.
Todo el mundo se mueve,
estamos en la primera línea, pero no hay empujones, ni codazos. Los corredores
van pidiendo paso y todos colaboran. Los que pueden más van delante los demás a
nuestro ritmo. Para calentar la carrera se nos viene encima la primera cuesta,
que no la más alta. Pero aquí se empieza a colocar cada uno en su sitio, Pepe y
José María se van, miro hacia delante, están cerca pero se van. José Antonio
lleva un ritmo parecido al mío, va apretando, pero lo puedo seguir mientras
hablo, me pego a él. A partir de ahora se convierte en mi ángel de la guarda,
mi protector y mi monitor en toda la carrera. Se la sabe de memoria.
Vamos entrando en el
pueblo a la carrera, para eso venimos y la gente anima, otros desayunan
tranquilamente y el ambiente es fresco y nuboso, ideal para la carrera. Hoy no
llueve, se me hace más sencillo.
Tras una curva los
corredores a nuestro alrededor comentan: “Ahora viene una buena” y José Antonio
me confirma,”verás ahora, qué guapo, vas a ver a la gente arriba del todo…” Y
así es, una calle tan empinada que tiene hasta escalones!
Llevamos pocos Km. y
estoy fuerte, arriba con ella!
Vamos tragando Km. a
buen ritmo, pero noto que llegamos al 5 y no ha pasado media hora, estoy muy
por debajo de mi tiempo de entrenamiento, pero me encuentro bien. José Antonio
me pregunta: “¿Cómo vas…?” “Bien, bien”, le digo.
Nos acercamos a la
urbanización de los Pinares de Oromana, mientras una voz detrás de mí dice:” Lo
que viene ahora ya lo conoces”. Es Juan Bellido! Que viene a un ritmo
imparable!
Cogemos la primera
botellita de agua, y entramos en la urbanización, se va notado la subida de la
temperatura corporal, pero es difícil beber, correr y subir y bajar. Así que me
tiro un poco de agua por la cabeza y guardo para el llano que debe venir
pronto.
Como entreno casi sin
beber no tengo demasiada sed, aún así unos sorbos no me harán mal.
El llano se agradece, y
la amplitud del campo. Por delante el colorido serpentear de los corredores y
cerca, nuestra respiración, acompasada con la zancada, con el vaivén de los
brazos y con el suelo. “Aquí hay que pisar con cuidado, no hacen falta
zapatillas de trail, pero hay que pisar con cuidado, es preferible ir cómodo y
ligero que con un calzado tan duro si el terreno no lo exige realmente… ”Me
alecciona José Antonio.
Pasando la Hacienda la
Boticaria me encuentro muy bien, cerca de los 10km es cuando mejor he estado
siempre y la sensación me empuja a correr es esta, ¡seguir bien con 10 Km . a las espaldas y a
buen ritmo!
La carrera se me hace
cada vez más “cuesta abajo”, y tanto.
Volvemos a entrar en
los pinares, ya debemos estar cerca, pero José Antonio avisa: ”Resérvate, que
todavía queda una subida buena”.
No se hace esperar,
entre curvas y pinos una cuesta empinada. Pero el ambiente fresco y los
corredores a los que paso me animan a tirar para arriba, agacho la cabeza y
aumento el braceo. ¡Vamos para arriba!
Queda ya muy poco.
Cruzamos el aparcamiento y ahí está mi mujer, con sus padres, la dejo atrás,
sin tiempo para nada más que un saludo. Miro el reloj, no ha pasado la hora y
media y estamos en la meta, hemos venido rápido, pero me encuentro muy bien.
Unos metros antes de pasar bajo el arco de llegada José Antonio me coge de la
mano y me la levanta, pasamos la meta de la mano. Así da gusto. Enganchado como
estoy a correr, encontrar a gente que se pone a tu lado casi sin conocerte y te
va contando todos los recovecos de la carrera no tiene precio. Noto que se me
saltan las lágrimas, así que aprieto los dientes, no esta la cosa para
mariconeos.
No hay que pararse en
seco, seguimos andando arriba y abajo en la cola para recoger la bolsa, hasta
el último momento José Antonio está a mi lado.
Nos encontramos con
Pepe y Alberto que ha venido a vernos, otro que en breve espero nos acompañe.
Vuelvo a ver a Almudena, más tarde me entero que “pilló” premio en su
categoría. Normal.
Ya todos juntos
comentamos aspectos de la carrera. El consumo máximo de oxigeno, el % de la
Frecuencia Cardiaca máxima, el entrenamiento de Farlek, el umbral anaeróbico y
todos esos conceptos de la teoría del entrenamiento suenan ahora como palabras
rimbombantes, con sentido, pero reales sólo en la carrera. Experimentar y vivir
no es lo mismo que leer o escuchar.
¿Escuchar? De fondo
suena el tema de Lenny Kravitz, “Always on the run”. Siempre en la carrera. La
próxima la media de los Palacios. Vamos bien, el objetivo, la Maratón de
Sevilla. Ahí vamos.