sábado, 24 de noviembre de 2012

ALCALA PANADERA 2012 "La ilusión de un principiante"

Autor: Miguel Angel Calzadilla

Primero una fecha lejana, desde el 28 de septiembre (la promesa con tres José de correr “la Panadera”, se gestó tras la Nocturna del Guadalquivir). Quedaba mucho tiempo entonces, muchas tiradas largas y probar muchos entrenamientos. Correr con lastres, en los tobillos, en la cintura, correr sin lastre, pero al 80-90% de mi Frecuencia Cardiaca máxima y hacer carrera continua durante hora y media. Correr solo, por el parque, ¿Para hacer una carrera de cuestas? Quizás un poco irresponsable, pero sin dejar de correr, cada semana más y un poco mejor. Estoy muy animado y una semana antes mi amigo Juan Bellido me invita a correr por los pinares de Oromana, para reconocer el terreno. Hicimos 8.8 km, se subidas y bajadas y algún llano pedregoso, al terminar estábamos muy bien a pesar de la intensa lluvia que nos acompañó a ratos, así que hicimos un Km. más, una propina de cuestas.
 
Hoy temprano mi objetivo era desayunar bien, como estas últimas semanas. Cada comida con todos los nutrientes: hidratos (tostadas y cereales), proteínas (leche y pollo relleno), verduras y frutas (tomate, pasas en los cereales y dos mandarinas) y el café, ”pa” despertarme.

Todo eso me obliga a ir al baño, algo fundamental, para ir ligero, pero alimentado.

Corriendo a por Pepe. ¡Menos mal que hay poco tráfico el domingo!

Ya en Alcalá se empieza a ver ambiente de carrera. A los primeros conocidos que nos encontramos son Almudena Coca y su marido “el Choco-bike”. Vamos a por los dorsales mientras aparecen los otros dos José y familia. Me encuentro con Javi Marín del instituto, un tío al que tengo mucho cariño y me alegra ver que compartimos esta afición.

Con los dorsales en la camiseta enfilamos hacia el club de tenis para calentar un poco. Habíamos llegado con tiempo de sobra y es la hora casi. ¿Una vuelta de unos 200m, sin estirar ni nada, para una carrera de 15km? Es lo que hay.

Al arco de salida, doy inicio al Cardiotrainer del móvil y espero la señal, el corazón se me va a salir del pecho.

Todo el mundo se mueve, estamos en la primera línea, pero no hay empujones, ni codazos. Los corredores van pidiendo paso y todos colaboran. Los que pueden más van delante los demás a nuestro ritmo. Para calentar la carrera se nos viene encima la primera cuesta, que no la más alta. Pero aquí se empieza a colocar cada uno en su sitio, Pepe y José María se van, miro hacia delante, están cerca pero se van. José Antonio lleva un ritmo parecido al mío, va apretando, pero lo puedo seguir mientras hablo, me pego a él. A partir de ahora se convierte en mi ángel de la guarda, mi protector y mi monitor en toda la carrera. Se la sabe de memoria.

Vamos entrando en el pueblo a la carrera, para eso venimos y la gente anima, otros desayunan tranquilamente y el ambiente es fresco y nuboso, ideal para la carrera. Hoy no llueve, se me hace más sencillo.


Tras una curva los corredores a nuestro alrededor comentan: “Ahora viene una buena” y José Antonio me confirma,”verás ahora, qué guapo, vas a ver a la gente arriba del todo…” Y así es, una calle tan empinada que tiene hasta escalones!

Llevamos pocos Km. y estoy fuerte, arriba con ella!


Vamos tragando Km. a buen ritmo, pero noto que llegamos al 5 y no ha pasado media hora, estoy muy por debajo de mi tiempo de entrenamiento, pero me encuentro bien. José Antonio me pregunta: “¿Cómo vas…?” “Bien, bien”, le digo.

Nos acercamos a la urbanización de los Pinares de Oromana, mientras una voz detrás de mí dice:” Lo que viene ahora ya lo conoces”. Es Juan Bellido! Que viene a un ritmo imparable!

Cogemos la primera botellita de agua, y entramos en la urbanización, se va notado la subida de la temperatura corporal, pero es difícil beber, correr y subir y bajar. Así que me tiro un poco de agua por la cabeza y guardo para el llano que debe venir pronto.

Como entreno casi sin beber no tengo demasiada sed, aún así unos sorbos no me harán mal.

El llano se agradece, y la amplitud del campo. Por delante el colorido serpentear de los corredores y cerca, nuestra respiración, acompasada con la zancada, con el vaivén de los brazos y con el suelo. “Aquí hay que pisar con cuidado, no hacen falta zapatillas de trail, pero hay que pisar con cuidado, es preferible ir cómodo y ligero que con un calzado tan duro si el terreno no lo exige realmente… ”Me alecciona José Antonio.

Pasando la Hacienda la Boticaria me encuentro muy bien, cerca de los 10km es cuando mejor he estado siempre y la sensación me empuja a correr es esta, ¡seguir bien con 10 Km. a las espaldas y a buen ritmo!

 
Me animan por mi nombre desde atrás, es el marido de Almudena, que, cómo no, viene empujando fuerte, es la segunda mujer que veo. Cuando nos pasa la tercera, cometo a José Antonio que lejos de sentir envidia o “pique” me siento orgulloso de ver de lo que son capaces algunas féminas. Me acuerdo de mi mujer, que de no estar lesionada iría pegada a nosotros, sin duda alguna.

La carrera se me hace cada vez más “cuesta abajo”, y tanto.

 
Algunas bajadas empinadas, pueden resultar más peligrosas que las subidas.

Volvemos a entrar en los pinares, ya debemos estar cerca, pero José Antonio avisa: ”Resérvate, que todavía queda una subida buena”.

No se hace esperar, entre curvas y pinos una cuesta empinada. Pero el ambiente fresco y los corredores a los que paso me animan a tirar para arriba, agacho la cabeza y aumento el braceo. ¡Vamos para arriba!

Queda ya muy poco. Cruzamos el aparcamiento y ahí está mi mujer, con sus padres, la dejo atrás, sin tiempo para nada más que un saludo. Miro el reloj, no ha pasado la hora y media y estamos en la meta, hemos venido rápido, pero me encuentro muy bien. Unos metros antes de pasar bajo el arco de llegada José Antonio me coge de la mano y me la levanta, pasamos la meta de la mano. Así da gusto. Enganchado como estoy a correr, encontrar a gente que se pone a tu lado casi sin conocerte y te va contando todos los recovecos de la carrera no tiene precio. Noto que se me saltan las lágrimas, así que aprieto los dientes, no esta la cosa para mariconeos.

No hay que pararse en seco, seguimos andando arriba y abajo en la cola para recoger la bolsa, hasta el último momento José Antonio está a mi lado.

Nos encontramos con Pepe y Alberto que ha venido a vernos, otro que en breve espero nos acompañe. Vuelvo a ver a Almudena, más tarde me entero que “pilló” premio en su categoría. Normal.
 
 
Ya todos juntos comentamos aspectos de la carrera. El consumo máximo de oxigeno, el % de la Frecuencia Cardiaca máxima, el entrenamiento de Farlek, el umbral anaeróbico y todos esos conceptos de la teoría del entrenamiento suenan ahora como palabras rimbombantes, con sentido, pero reales sólo en la carrera. Experimentar y vivir no es lo mismo que leer o escuchar.
 

¿Escuchar? De fondo suena el tema de Lenny Kravitz, “Always on the run”. Siempre en la carrera. La próxima la media de los Palacios. Vamos bien, el objetivo, la Maratón de Sevilla. Ahí vamos.



 

1 comentario:

  1. Para mí también ha sido una carrera muy especial, por fin he conseguido bajar de los 5 minutos el km en una prueba de 15km
    Esto me ha llevado varios años, por lo que viendo vuestro progreso Migue y José Antonio, no puedo más que felicitaros y alegrarme por vosotros. ENHORABUENA amigos

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